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Lo que Mi Padre Armenio me Enseno sobre el Islam

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    Lo que Mi Padre Armenio me Enseñó sobre el Islam


    http://contra-mundum.org/castellano/rushdo ony/Arm_Islam.pdf

    Rev. Mark R. Rushdoony
    Enero, 2002

    Las personas que conocieron a mi padre, Rousas John Rushdoony, se
    dieron cuenta que disfrutaba hablando sobre su herencia Armenia. A
    menudo también relataba cómo sus padres apenas escaparon de la masacre
    de los Armenios en el Imperio Otomano (Turquía) en 1915. En realidad,
    él también era un sobreviviente de aquellas masacres. Aunque nació en
    la Ciudad de Nueva York en Abril de 1916, estaba en el vientre de mi
    abuela durante las masacres y su escape.

    En 1915 mis abuelos vivían en Van, Turquía, que no estaba lejos de la
    frontera Rusa. Esa proximidad, y la ayuda temporal de las tropas
    zaristas Rusas, les dieron una oportunidad que la mayoría de los
    Armenios no tuvieron para escapar. La alfombra que la abuela usó como
    silla de montar improvisada es ahora un preciado tesoro familiar. Un
    millón y medio de Armenios fueron muertos en ese primer genocidio del
    siglo veinte. Papá creció alrededor de una comunidad de supervivientes
    de aquel horror. Dijo que les recordaba, sorprendentemente, como un
    pueblo feliz a quienes les gustaba cantar y reír. Así como su padre le
    hablaba extensamente sobre la herencia y la experiencia Armenia, así
    él a menudo le hablaba a nuestra familia del pasado. Era alguien que
    no vivía en el pasado, pero sí buscaba entenderlo. Tampoco calificaba
    a todos los Musulmanes como co-conspiradores en el asesinato de los
    Armenios. Miraba el Islam como una fe falsa, una que le daba a sus
    seguidores un sentido profano de propósito y de destino. Tengo, en su
    biblioteca, algunos ensayos no publicados que escribió sobre Turquía y
    el Islam. Más abajo se encuentran algunos de los puntos que
    regularmente señaló, derivados de mis propios recuerdos y de porciones
    de aquellos manuscritos.


    Por Qué el Islam es Peligroso

    El Islam es una religión peligrosa ante todo porque es falsa que aleja
    a los hombres de Jesucristo como el Camino, la Verdad y la Vida. Les
    señala a los hombres hacia un dios falso, Alá, y hacia una visión
    falsa del propósito y la eternidad del hombre. Es una religión
    peligrosa porque apela a la fuerza militar y al poder del estado. No
    es el gran mal, sino una manifestación del mal de los hombres en su
    rebelión contra Dios. Va a fracasar porque pelea en contra de la
    realidad de la verdad de Dios. Como el mal del comunismo en el siglo
    veinte, es una ideología que debemos entender y contrarrestar con el
    evangelio de la gracia de Dios.

    El Islam fue diseñado como una religión externa. Mahoma conocía las
    palabras de San Pablo quien escribió, "Pues no es judío el que lo es
    exteriormente, sino que es judío el que lo es en lo interior"
    (Rom. 2:28-29). Mahoma refutó a Pablo con la proposición, "Es un
    Musulmán aquel que lo es exteriormente." Las únicas creencias
    esenciales del Islam son que no hay dios sino Alá, y que Mahoma es su
    profeta.

    La palabra Islam es Arábica y quiere decir sumisión o subyugación.
    Un Musulmán es uno que se
    somete a la práctica Islámica. Ya que la sumisión es la meta, en
    lugar del arrepentimiento y la fe,
    desde el principio la coacción fue vista como un medio válido para
    promover la religión Islámica.

    El enfrentamiento bélico recorrió la Península Arábica, y el Islam fue
    impuesto sobre los politeístas so pena de ejecución. Este patrón se
    repitió a lo largo del Medio Oriente, en África y partes de Asia y
    Europa. No es de sorprenderse que tal avance militarista haya hecho de
    la esclavitud una parte importante de su cultura.

    Este externalismo y su dependencia del avance militar hicieron que los
    gobiernos Islámicos fuesen necesariamente estatistas. La espada en la
    mano del estado hizo avanzar el Islam. La jihad como el avance del
    Islam no era simplemente aceptable, sino que era y es considerada uno
    de sus pilares. El Islam como camino de vida puede ser impulsado por
    la sumisión o impuesto por la subyugación. El progreso del Islam se
    mide no por la creencia sino por la conformidad exterior, que podía
    ser impuesta de manera más eficiente por la conquista militar y la
    legislación estatista.

    La dominación del mundo, en lugar de la salvación del mundo, un
    concepto Cristiano, ha sido la meta última.

    Es fácil sobreponer una perspectiva Cristiana de la moralidad en otras
    religiones, especialmente en una como el Islam que toma prestado tanto
    de la Escritura. De este modo los Estadounidenses se desconciertan por
    las ideas Islámicas de la moralidad y su práctica cultural. Nos
    horrorizamos que los clérigos Islámicos puedan justificar
    (terminología Cristiana una vez más) el asesinato terrorista. Como una
    religión externa (en terminología Cristiana una religión de obras en
    lugar de gracia), sin embargo, la moralidad del Islam es también
    exteriorizada.

    La moralidad es ambiental

    y los hombres y las mujeres actúan como respuesta a estímulos
    externos. De este modo, como esclavos de la pasión, los hombres pueden
    culpar a las mujeres por su propia concupiscencia. Así, una mujer que
    muestre alguna parte de su cuerpo es una tentadora o algo peor; los
    mujeres son tenidas como responsables por la lujuria de los
    hombres. Entonces se les atribuyen a las mujeres grandes poderes y se
    usan medidas estrictas para controlarlas.

    La Obstinación y el Islam

    A los hombres Islámicos se les permite una mayor cantidad de libertad
    sexual que a las mujeres.

    El paraíso del Islam, de hecho, es un paraíso de éxtasis sexual.

    El uso de la prostitución, harenes, y chicas esclavas para la
    gratificación también es común. Por lo tanto, las mujeres depositan
    sus esperanzas para la seguridad a largo plazo sobre sus hijos quienes
    tienden a ser mimados y se les permite ser indulgentes en su propia
    obstinación. Luego los chicos consentidos se vuelven hombres
    arrogantes y testarudos.

    La obstinación, como característica, ha contribuido mucho a la
    conducta impredecible en los hombres Islámicos. Las historias del
    genocidio Armenio están llenas de incidentes en donde los vecinos
    Musulmanes serviciales y amistosos se volvieron predadores y rapaces
    debido a que el impulso o la oportunidad del momento les
    gobernaron. El pensamiento Islámico contribuye a tal tipo de traición
    potencial porque, como Peter Hammond señala, divide al mundo en la
    Casa del Islam y la Casa de la Guerra. El Islam está en paz con
    aquellos que están en sumisión o subyugación a la ley Islámica; los
    otros son considerados los enemigos del Islam y son considerados como
    parte de la Casa de la Guerra (vea: "Desarraigando el Terrorismo"
    www.frontline.org.za).

    La testarudez ha hecho de la traición una parte importante del mundo
    Islámico. Esto sucede en el nivel personal, donde los hombres
    poderosos pueden emprenderla a golpes con fuerza mortífera ante la
    mera sospecha de traición o insulto. La auto-indulgencia resultó en la
    libertina actividad sexual que una vez (antes que Occidente comenzara
    su propia industria depravada) convirtió a Turquía en sinónimo de la
    pornografía más vulgar. Se hizo notoria mientras influenciaba a
    Drácula, o a Clad el Empalador (1431-1476) quien fue criado en la
    Turquía Islámica e importó sus prácticas a Wallachia en su terror
    tanto contra los Turcos como contra su propio pueblo. Tal traición se
    ha visto repetidamente en la política del Medio Oriente en años
    recientes. Como Hammond señala, "Desde 1948, las 21 naciones Árabes
    han sufrido 30 guerras, 63 revoluciones exitosas, al menos 75
    revoluciones fallidas, y 36 jefes de estado fueron asesinados. En el
    mundo Árabe las revoluciones y los asesinatos han sido los medios más
    frecuentes de expresión política y así lograr el poder" (ibid.). La
    paz del Islam ha probado ser, en sí misma y a lo largo de los siglos,
    una mentira. El Islam es una forma más peligrosa de despotismo que los
    regímenes políticos del fascismo o el comunismo que gobernaron por el
    poder político o militar mientras negaban la relevancia o la validez
    de la religión. El Islamismo radical se parece más a los despotismos
    del mundo antiguo donde se combinaban la religión y el estado de
    manera que cualquier oposición era, al mismo tiempo, herejía y
    traición, haciendo imposible de este modo la idea de una "oposición
    leal." El Islam hace que la autoridad del estado sea absoluta.

    Nietzsche y el Islam

    En esta atmósfera cultural de testarudez, esclavitud, moralidad
    externa y crueldad entró Frederich Nietzsche. Nietzsche creía que lo
    que venía del poder era bueno y lo que venía de la debilidad era
    malo. El conocimiento, decía, debía usarse como un instrumento de
    poder. Nietzsche, al romper con la ética Cristiana tan completamente,
    fue un apologista de la mentalidad radical Islámica (y de la
    mentalidad humanista anárquica). Fue muy influyente en Turquía. Así,
    los Musulmanes Turcos podían matar a un millón y medio de Armenios,
    eliminándolos virtualmente de sus tierras natales ancestrales, y luego
    no solamente culpar a los Armenios por la matanza, sino intentar
    cobrar como benefactores de todas sus pólizas de seguros, dado que los
    beneficiarios nombrados estaban todos muertos. Tales crueldades
    absurdas, como los actuales intentos de justificar la guerra y el
    terror, son el resultado de pensar basándose en la obstinación, la
    arrogancia y el desprecio por la moralidad Cristiana a favor de la paz
    artificial del Islam, una subyugación a un despotismo religioso
    externo y político. El poder, en tal razonamiento, determina la verdad
    y lo que es bueno.

    Desdichadamente, la política del poder respeta, como Nietzsche, al
    poder en sí mismo. La compasión hacia las personas oprimidas o
    amenazadas se basa en el interés propio y el balance de poder. Turquía
    es un buen ejemplo de esto. Durante la Primera Guerra Mundial los
    poderes Estadounidenses y Europeos generalmente se rehusaron a ayudar
    a los Armenios. El Departamento de Estado de los EUA miraba las buenas
    relaciones con Turquía como algo de primordial importancia. Una
    Turquía débil hubiese sido una oportunidad para que otras naciones
    tomaran el poder, más notablemente Rusia. Una vez más, en la Segunda
    Guerra Mundial y en la Guerra Fría, Turquía fue protegida de su
    vulnerabilidad por Occidente por su utilidad para nuestros
    intereses. El equilibrio en la política del poder depende de las
    alianzas y coaliciones. La necesidad de una alianza y sus consecuentes
    concesiones llevaron a Yalta y a la entrega de Europa del Este a la
    Unión Soviética. Tampoco debiésemos olvidar la destrucción de las
    cruces de las capillas durante el conflicto del Golfo Pérsico para no
    ofender a nuestros aliados Musulmanes. Ahora, en un intento por
    construir alianzas George W. Bus habla del Islam como una gran
    religión, evitando de ese modo la raíz del problema en esta guerra y
    en el Medio Oriente.

    Hay un problema que debemos enfrentar que brota del Islam mismo; no
    está limitado solamente a sus adeptos radicales.

    El Islam es una religión externa que enseña la paz ya sea en sumisión
    o subyugación al despotismo religioso y político. Su "paz" se halla en
    la dominación.

    Este es un ejemplo del deseo

    de los hombres caídos de ser como dioses, determinando el bien y el
    mal. El Islam no es sino una forma organizada del hombre jugando a ser
    dios. Con toda seguridad que fracasará, pero tal arrogancia no puede
    sobrevivir por mucho tiempo al juicio. Pero el Islam ha dado pié a
    siglos de opresión, esclavitud, muerte y violencia. Las masacres
    Armenias de 1915-1924 no hicieron despertar a Occidente a esta
    realidad; es cuestionable si los ataques del 11 de septiembre en los
    EUA vayan tampoco a lograrlo.

    La esperanza para todas las gentes, incluyendo a aquellas del Medio
    Oriente, es el Dios de la Escritura y Su Cristo. En lugar de la
    dominación por medios militares, el Cristianismo busca el dominio de
    la justicia. El buscar la justicia de Dios requiere una humildad
    paciente para enseñar la fe y el arrepentimiento. Viene por la fuerza
    y el poder de la Palabra de Dios y de Su Espíritu, no por el poder de
    la espada.

    La cosmovisión del Islam es poderosa porque sus adeptos son dedicados
    y leales. Sin embargo, el éxito del Islam proviene de su falsa
    simplicidad, que hace que la actual creencia fácil del Cristianismo
    Estadounidense parezca una teología profunda. No hay nada más
    peligroso que hombres violentos y testarudos que piensan que están
    llamados a alguna misión divina.

    Aunque el Islam avance por el poderío militar y nosotros, a veces,
    seamos llamados a responder como ministros de justicia, no debemos
    buscar como destruir su poder con lo mejor de las armas, sino con el
    evangelio. Como la caída inesperada de la Unión Soviética, el poder
    del Islam un día se derrumbará. La gente Musulmana está en necesidad
    de una alternativa que solamente el evangelio puede proveer. Debemos
    oponernos a la falsa paz del Islam con la verdad del reino de Dios y
    Su Cristo.
Working...
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